19.3.11

"Me encantan las licuadoras vestidas con estampados y voladitos!" Texto para el libro Las cosas del quehacer


Marina Gryciuk
 Soy diseñadora, artista plástica y vestuarista.   
Trabajo el diseño y el arte de manera interdisciplinaria, abordando los interrogantes entre lo utilitario y lo no utilitario de los objetos estéticos.
 Hago ropa, esculturas, objetos para el hogar, accesorios, joyería y lo que se me ocurra.
 Mis estímulos visuales son los objetos cotidianos de uso masivo, las texturas llamativas, las vidrieras abarrotadas, Once,  los negocios de compraventa. Ese caos visual provoca en mi retina una suerte de juego químico lleno de sensaciones, voy por la calle y me zambullo en un mar de texturas, colores, tramas, combinaciones y me ahogo de placer.
Trabajo los contrastes de colores, las combinaciones caprichosas, las superposiciones arriesgadas.
El material es el gran disparador para mis creaciones, rescato los que han sido descartados o tuvieron otra utilidad y los incorporo a mis diseños. Los elijo intuitivamente porque me gustan.
En mis objetos trabajo con papel de revista, cintas de video, bidones, bolsas de nylon, restos de cuero, gomas de descarte, etc. Cuando estudiaba Bellas Artes hacia performances, que llamaba “Moda Residual”, allí presentaba vestidos hechos con papeles de BonoBon, sachets de leche y todo tipo de materiales reciclados. Mis modelos eran actores de teatro, nos divertíamos mucho.
Incorporo a  mis diseños, textiles descartados de otras fabricas o negocios de tapicería  con los cuales voy construyendo mis propias composiciones de texturas, colores y brillos. Con los restos armo mis propios textiles. Incluyo también rezagos y ofertas de mercerías: cintas, cordones, etc... En este proceso constructivo rescato también el trabajo manual, el tejido y el bordado heredados de mi abuela y mi mamá. Disfruto mucho de ese proceso, las labores manuales tienen ese acto ritual íntimo, como pócimas para brujerías, secretos que se transmiten y hacen perdurar lo ancestral. Transgredo la tradición de las labores incorporando materiales no convencionales e inventando nuevas técnicas.
Me gustan los  plásticos y los vinilos, los elijo por su estampado, brillo  y color, tejo carteras con bolsitas de supermercado y retomo los plásticos de cortinas de baño de los 70s para pilotos y bolsos.
El plástico me remite a las estéticas de mi infancia. En los 70s el plástico era el “nuevo material”  que se utilizaba en la decoración, en el mobiliario, en los objetos del hogar. Tengo recuerdos de casas de mi infancia en las que los electrodomésticos estaban enfundados en  hule. ¡Me encantaban las licuadoras vestidas  con estampados y voladitos!


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